Partido Central de Puerto Rico
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Ciudad de México: La Verdadera Venezuela de las Américas.
Tipo de proyecto
Pamfleto
Fecha
2025
Ubicación
Puerto Rico
Nos han contado un cuento muy conveniente: que Venezuela es el fracaso definitivo de Latinoamérica, el aviso de lo que puede pasar si la región se aleja del modelo "correcto". Nos la venden como el epítome del desastre socialista, la gran advertencia del siglo XXI. Pero esta narrativa omite una verdad incómoda: la verdadera Venezuela de las Américas siempre ha sido México.
El mito de la Venezuela maldita
Desde el colapso económico, la migración masiva y el autoritarismo de Maduro, Venezuela ha sido utilizada como el ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer. Pero lo que se omite es cómo, incluso en sus peores momentos, sigue habiendo en ese país estructuras de resistencia, una población organizada y una cultura que no ha sido totalmente absorbida por la influencia extranjera. Mientras tanto, en México, el narcoestado se consolidó hace décadas, con una relación simbótica entre el gobierno y el crimen organizado que mantiene a millones de personas atrapadas en un ciclo de pobreza, violencia y corrupción.
México: el verdadero estado fallido
Si un Estado fallido se define por la incapacidad de controlar su territorio, garantizar seguridad a sus ciudadanos y ejercer un gobierno funcional sin intermediarios violentos, México califica sin problemas. Su guerra contra el narcotráfico ha dejado cientos de miles de muertos, la impunidad reina y el crimen organizado tiene más poder que muchas instituciones oficiales. A diferencia de Venezuela, donde las sanciones y bloqueos han sido un factor clave en su crisis, México ha tenido todas las oportunidades económicas posibles y, aun así, sigue hundido en una violencia sistémica que parece no tener fin.
El chivo expiatorio
La satanización de Venezuela ha sido una estrategia política efectiva para evitar discutir la fragilidad de otros países. Se convierte en el "ejemplo a no seguir", mientras las realidades igual de destructivas de otros Estados son convenientemente ignoradas. Esto permite que la atención internacional se centre en Caracas, mientras Ciudad de México arde en su propia crisis sin recibir la misma condena global.
El doble estándar internacional
El interés de EE.UU. y otras potencias en Venezuela es claro: su posición geopolítica y sus recursos petroleros lo convierten en un objetivo de control estratégico. En cambio, México, con su frontera compartida y su función como "muro de contención" para migrantes y drogas, es un aliado clave. Mientras sirva a esos intereses, sus crisis serán manejadas con diplomacia y silencio.
Conclusión: la farsa de la condena selectiva
Si Latinoamérica quiere aprender de los errores del pasado, debe reconocer que el problema no es una ideología en particular, sino la corrupción, la impunidad y la falta de soberanía real. El fantasma de Venezuela ha sido creado para evitar que se hablen de otras crisis igual de profundas. En lugar de mirar solo a Caracas, el continente debería preguntarse por qué los problemas de México, a pesar de ser tan graves, nunca reciben el mismo nivel de escrutinio.
Quizás porque, al final, la verdadera Venezuela de las Américas nunca estuvo donde nos dijeron.